Para muchas personas, visitar a un dentista para que extraigan las muelas del juicio ha
representado una actividad de esperarse, aproximadamente entre los veinte y veinticinco
años, para aprovechar que la recuperación sea más ágil. Pero viene la pregunta para
aquellos que no tienen problemas con el acomodo de sus dientes o dolor, ¿también yo debo
de ir a que me hagan esa operación?
De acuerdo a las recomendaciones de los especialistas, esta operación se puede
considerar como una medida preventiva, ya que tal vez en este momento no haya dolores o
incomodidad, pero avanzando en años y los descuidos en limpieza lograrán que no solo
pierdas esas piezas, sino que afectes a las muelas cercanas con caries, infección y
enfermedades periodontales que luego signifique pérdida de piezas.
Otros problemas que se pueden presentar al no retirar las muelas del juicio son:
- Comienzan a empujar a los demás dientes, cambiando la forma de la mordida y
provocando el posible desgaste de dientes. En este caso el espacio en la boca no es
suficiente para que haya otro par de molares.
- El ángulo en que brotan las muelas no coincide con las piezas opositoras, provocando
desgastes y dolor.
- Inflamación de encías, que luego hagan difícil la limpieza de esas áreas. Posteriormente, dicha inflamación genera espacios propicios para bacterias y caries.
- Piezas que sigan parcialmente encapsuladas, sólo se puede limpiar la parte expuesta y queda un espacio que atraiga bacterias.
- Frecuentes infecciones en tejido blando detrás del último diente del maxilar inferior.
Las muelas del juicio por su posición pueden quedar en un punto de poca visibilidad y más difícil acceso, por lo que pasar el hilo dental, cepillar o la simple inspección en el espejo se complica; no las podríamos ver bien, mucho menos limpiar. La probabilidad se inclina hacia el caso de que terminaremos por descubrir que existe un problema cuando sea necesario tomar medidas correctivas de más complejidad.
De acuerdo a toda referencia médica, la forma de atender muelas del juicio es por extracción; cualquier otro procedimiento es una contraindicación. En dado caso que las muelas hayan brotado completamente, estén saludables, tengan un posicionamiento correcto con las piezas opositoras y que puedan limpiarse completamente en la rutina diaria, es posible que no sea necesario extraerlas.
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